domingo, 26 de septiembre de 2010

La leyenda de Lyss
Una leyenda de amor eterno.



Esta es la historia de Lyss, un alma dulce, encantadora, de belleza inconmensurable. Cuenta la leyenda que un ser en especial la amó de sobremanera...

Hace millones de años esta historia tuvo su inicio, justo antes de que los primeros seres empezaran a habitar el planeta. Una pequeña sombra que se ocultaba entre las rocas, llamado Ská, un espíritu, perseguía de cerca a lo que más le atraía en todo el universo, una pequeña luz llamada Lyss. La persecución los unía de cierto modo, en él fue naciendo el más antiguo de todos los sentimientos, el primero, el Amor. Él seguía a su amor por todos lados, pero cada vez que ella se acercaba, para no ser descubierto en su constante asecho, él se escondía nuevamente, para que ella no pudiera verlo; así nació otro sentimiento muy antiguo, el Miedo. Lyss sentía que algo siempre la cuidaba, desde lejos, desde muy cerca, que nunca la abandonaba, pero cuando volteaba, el nunca estaba allí, sentía Amor, no sabía lo que era, pero lo sentía, su espíritu vibraba por el deseo de encontrarlo cada vez que volvía la mirada, pero no veía nada, solo vacío, pero había algo que llamaba a mirar nuevamente y buscar; así nació la Esperanza. Ská no podía dejar de perseguir a su amor, pero tampoco podía dejar de esconderse cuando ella volteaba camino atrás para verlo... Ská tenia miedo de no gustarle a Lyss por eso nunca decidió acercarse a ella. Lo que el no sabía, era que de esa forma un gran amor se perdía, porque dicho amor era muy correspondido en el silencio de la soledad que él dejaba cada vez que huía a su mirada.

Y pasaron los años, décadas, eones, siglos... y ese amor perduró los siglos, ahí, estático… siempre intransigente, reacio a ser olvidado... Y se creó la vida, los primeros seres vivientes empezaban a formarse y a poblar el mundo. Los espíritus se renovaban, y Lyss adquirió la forma de una luciérnaga. Ská, aún como espíritu de la sombra, la perseguía por siempre, hasta que la renovación le tocó, y se transformó en un pequeño pececillo. Y brillaba encima de una laguna, su preferida, siempre en la superficie del agua; su bella Lyss. Él apartaba a todo pez, sapo, rana y se comía a todo insecto que se acercara a su protegida. De día Lyss, con la claridad, miraba al agua y observaba, como una sombra bajo ella, a su protector. - Oh Amor correspondido, pero imposible... porqué escondes bajo el manto del agua a mi otra mitad !?…porqué no podemos estar sobre la misma tierra.!? – dijo Lyss, y el viento llevó sus palabras.

Y pasaron nuevamente siglos y milenios... Lyss se convirtió en flor, una hierba silvestre, pero que sólo crece el las zonas montañosas muy altas. Como Ská ya no podía protegerla desde el agua, también cambió; Un árbol robusto y gigantesco, de montaña, que protegía a la delicada hierba y a su flor de las tormentas y de las épocas de sequía. Sus ramas la protegían desde lo alto Ella vio, por primera vez, después de milenios de espera, a su amor aquel, no en plenitud, pero veía sus hojas caer en otoño. Y lo contemplaba desde abajo, no muy lejos uno del otro, pero aún sin poder alcanzarse. - Oh Amor correspondido, pero imposible... porqué creces tan alto que no puedo alcanzarte !?… porqué me proteges si no puedes verme, sólo sabes que estoy aquí por el perfume de mis flores.!?... porqué no podemos andar por los mismos caminos, no solo vivir en la misma tierra!?... porqué no podemos vernos mutuamente, sentirn plenamente nuestra presencia...???? - dijo, y sus incógnitas se perdieron en el aire.

Los siglos pasaron, y la tierra siguió evolucionando, y los espíritus de Ská y Lyss que ya habían vivido muchas vidas, les tocó vivir como Humanos, un tipo de animales que se creían inteligentes, un tipo de ser viviente que desarrollo su civilización pisoteando a otras, pero con la suficiente capacidad como para desarrollar y demostrar sentimientos, de una manera compleja y avanzada. Nacieron entonces, en diferentes casas, en diferentes familias, tal vez en diferentes lugares, incluso apartados. Al fin, el destino, el cruel escritor del futuro, los había separado en diferentes direcciones, que aparentemente no terminaba en convergencia. Pero el destino no dibuja líneas paralelas y rectas, sino curvas sutiles, y su encuentro, aunque improbable, era inminente. Cuentan que una vez, en una de sus vidas, se encontraron los jóvenes y no se reconocieron a primera vista, pero luego de ese primer vistazo sus mentes no pudieron apartarse, solo pensaban uno en el otro. Se cuenta también que cuando miraban al horizonte, buscando algo, el cielo estaba despejado, y cuando uno de los dos se echaba en lágrimas, aparentemente sin razón, el cielo acompañaba su angustia con una tormenta. Posteriormente, luego de más vidas, hubo el segundo encuentro. Esta vez, se animaron a conversar entre elllos y descubrir que les pasaba, ya que, es un hecho, que el humano puede ser un ser medianamente inteligente, y puede desplazarse, pero no puede recordar momentos de otras vidas, no puede vivir momentos del pasado ajenos al periodo mental en el que se encuentra... y se acercaron... - Hola... - Hola... - eeemmm... - eeemmm... * Cómo hacer surgir las palabras en estos seres pensantes? - jeje... que tal?... -y... bien... jeje... y.. que tal?... - bien!.. jeje - jeje... * Cómo recordar lo que no se puede recordar?, cómo recordar aquello que está tan en el pasado?... cómo seguir los mismos caminos si las almas se encasillaron en aquellos seres pensantes que no recuerdan lo que saben desde antes de nacer? Sólo el instinto puede hacer recordar aquello que el tiempo siempre quiso ocultar… Pero al instinto, también lo domina el tiempo. Ahora ya se conocen en esta vida... ahora ya se vieron y sólo piensan uno en el otro, ahora sienten en que algo los tuvo que haber unido, o reunido, y que algo evita que puedan pensar en otra cosa.

Y así pasaron años, décadas, pero aún sin llegar a un eón. Ellos, los mismos, en la misma vida, aún pensaban en aquel momento de encuentro. El segundo encuentro como humanos, aunque para ellos fue el primero, eran sólo parte de un novecientos noventa y nueve mil novecientos y noventa y siete transformaciones en toda la verdadera vida, desde que ésta fue creada hasta ese día. La leyenda dice que aún faltan tres vidas más para definir el verdadero rumbo de este amor. Dice que este amor se repite en vidas humanas desde hace ya novecientas noventa y siete vidas, y, aún así, aún las líneas del destino no convergen en el punto en el cual realmente el amor tiene su oportunidad, ese punto clave que los unirá para siempre. O será que la convergencia de las líneas curvas en el destino acaban luego del millón de encuentros!?.

Esta es la historia de Lyss, un alma dulce, encantadora, de belleza inconmensurable. Cuenta la leyenda que un ser en especial la ama de sobremanera... Esto es solo una leyenda, y como tal, nunca sabremos que tanto de verdad hay en ella…

By NMW

martes, 15 de septiembre de 2009

Sunlight

Sunlight
Una historia de Amor un tanto diferente en un planeta recóndito llamado Tierra

Cada mañana, al despuntar el alba se asomaba en el horizonte una silueta de luz, Sunlight...
Sunlight era un espíritu encerrado en un rayo de luz solar... cada día observaba al ser humano triunfar, fracasar, crear, destruir, amar...
El sueño de Sunlight era el amor, su espíritu, la luz del sol.
Todos los días justo antes de que concluyera el atardecer miraba al horizonte, y lo veía... sereno, solo, disperso... Moonlight, un amor imposible.
Un día, aun sin atardecer, mientras observaba la civilización, en uno de los pueblos de la Tierra vio a un joven recostado en el pasto, mirando al cielo. Al joven no le molestaba en absoluto el brillo del sol, su mirada parecía dirigida a ella. Sorprendida ella miró con detenimiento los ojos del joven, y en su interior algo le llamó la atención, un brillo peculiar.
Cada amanecer, estaba el joven en el mismo lugar recostado, mirando al cielo hasta el atardecer.
Ella sentía que debía hablarle, pero su timidez le ganaba. Se preguntaba: ¿será que estoy enamorada, pues no miro más otra cosa que los ojos de ese joven? ¿como decirle al hombre que un instante con su mirada hipnotizó a la luz del sol?
Había algo en el brillo de sus ojos que llenaba su corazón de alegría, pasión, fuerza, alma, amor; que derretía los rayos solares.
Con cada amanecer se veía una nueva Sunlight, que renacía en el firmamento, sus cabellos dorados y sus labios carmín llamaban al joven cada mañana, y, al anochecer se despedía, sangrando en el cielo una herida que sólo durante la noche duraba.
Y habló, venciendo su miedo. una tarde antes de finalizar la jornada. Lo miro a los ojos y le dijo: algo en ti, hombre, me ha atrapado, paso por aquí cada día sin dejar de mirarte.. Él aparentemente poco sorprendido por la voz que oyó, gritó: Te he visto, Sunlight, desde tu amanecer en mi pueblo, hasta el final del día, no puedo dejar de observar tu belleza, deseo desde lo mas hondo, encontrar una mujer como tú en la tierra... y el sol desapareció en el horizonte...
Al día siguiente, apenas despuntó el alba, con el primer rayo de luz... Alzó su mirada al cielo, con destellos de melancolía en los ojos, y bajo el tenue brillo de la luna, que aún se apreciaba a lo lejos logró divisar, muy cerca del horizonte el fugaz destello del lucero.
Recordó el nombre de alguien de quien se decía que podía conceder cualquier deseo Starlight. Starlight vivía en el lucero, por lo que la mayoría de las veces no la veía:
- Starlight, con toda mi alma, ahora llena de añoranza, pido transfórmame en humana para que esto, si es amor, sobresalga, perdure y viva durante las mañanas, las tardes, las noches y madrugadas, de lo profundo de mi corazón deseo eso, deseo poder vivir el amor como ellos lo hacen...
Starlight dijo:
- No puedo concederte el deseo, a menos que decidas abandonar tu vida actual, jamás volverás al sol, jamás recuperaras esta vida que llevas y nuca volverás al cielo, y no podré concederte jamás otro deseo...
De nuevo Sunlight recalcó...
- Lo deseo sí, Starlight, mi vida no valdrá nada sino hasta conocer el amor verdadero...
- Tu deseo te es concedido... dijo la guardiana del lucero antes de desaparecer en la claridad de la mañana...
El joven estaba en el mismo lugar donde el se recostaba todas las mañanas a mirar al cielo y luego cuando estaba bajando el sol, él se sentó y vio, justo a su lado, una hermosa chica, echada en el pasto junto a él, mirando hacia la tierra.
Ella volteó la cabeza lentamente cuando él preguntó con voz amable y gentil:- "que haces?".
Cuando ella lo vio, se levantó y le dijo: - El destino me ha traído hasta aquí, para encontrarme con un joven, Es contigo?.
Él se levantó y respondió: No lo sé-
Subió la mirada hacia el cielo, y luego la miró y dijo: El sol hoy ya no fue el mismo, le faltó algo de belleza...
Y cuando la vio a los ojos dijo: Esos ojos miel son como los de un sueño que tuve, era en el cielo un rostro con los mismos ojos como los que veo en ti ahora y una voz cálida, susurrada en el viento...
- Si, era yo, en el cielo, y eran mis palabras en el viento - Interrumpió ella.
En ese momento ella se dio cuenta que caía la noche, el miedo la invadió, miedo a tener que ir nuevamente a su trayecto, volteó a mirar el anochecer. Y el sol se ocultó por completo en el horizonte, y ella aún estaba allí, y el miedo cambio a alivio.
Volviendo nuevamente la mirada al joven, quedó por el camino observando maravillada por primera vez hacia el cielo nocturno, vio las estrellas y la luna, que antes era solo una mancha en el atardecer.
Recordó entonces a Moonlight, el brillo tenue y pequeño , pero tenaz y triunfal ahora ya de noche. A lo lejos, pero ahora mas de cerca, pudo al fin apreciar enteramente a su antiguo gran amor, y mirando con melancolía al brillo aquel, recordó que aún lo amaba... y recordó que siempre lo amó... siempre... mas no podía ya volver.
El joven observaba en silencio las reacciones de la chica, quien parecía hipnotizada por el inusual brillo de la luna, perdida en el tiempo y el espacio.
Él miró sus labios ahora atenuados a rosado por el sutil brillo nocturno. Sin poder controlar sus instintos se acercó y le robó un beso.
La chica despertó de su trance, y furiosa por el arrebato, clavó sus ojos en los de él, entonces vio aquel brillo que en la lejanía se observaba, pero ahora mas de cerca pudo apreciarlo mejor.
Observado detenidamente se dio cuenta que el brillo en la luna era sólo el reflejo del brillo de su amor en los ojos del Joven.


By NMW